¿Qué sustancias tiene un cigarrillo?

Más de 600 aditivos "invitan" al fumador a no dejar el hábito.


El cigarrillo es un producto muy simple: un tubo de papel relleno de tabaco. Sin embargo, nada más lejos de la realidad. Bajo dicha apariencia de sencillez, el cigarrillo presenta un elevado nivel de sofisticación tanto en la dosis de nicotina que contiene (sustancia adictiva que provoca la dependencia física y psicológica en el fumador) como en otros aspectos que detallaremos a continuación.

Cenicero

Con el fin de hacer más atractiva la "experiencia" del fumador así como para intensificar su sabor, los fabricantes de cigarrillos añaden a los mismos un gran número de aditivos, según la Unión Europea, unos seiscientos. Al fumar, el cigarrillo desprende unos cuatro mil componentes químicos, entre los cuales, unos cuarenta pueden provocar cáncer.

Las compañías tabaqueras se han pasado décadas perfeccionando su producto, de ahí, entre otras razones, la dificultad para abandonar el hábito de fumar. Muchos de los aditivos, tales como el chocolate, parecen inofensivos, pero su función en el cigarrillo consiste en mantener "enganchado" al fumador haciéndole la experiencia de fumar lo más placentera posible.

Los ingredientes se añaden para enmascarar el olor e incluso la visibilidad del humo procedente del cigarrillo, sobre todo, con el fin de minimizar las molestias a los no-fumadores. Desafortunadamente, dichos ingredientes hacen más difícil a los citados no-fumadores ver y, por tanto, evitar el humo de los cigarrillos.
"En 1998, la mortalidad atribuible al tabaco en España (como factor determinante aunque no único) se estimó en torno a las 55.613 muertes, es decir, un 16% de todos los fallecimientos ocurridos en la población mayor de 35 años".

Los aditivos y la adicción


¿Qué hay en un cigarrillo?


A continuación presentamos una lista de los ingredientes "más interesantes" que se pueden encontrar en un cigarrillo estándar:

  • Nicotina
  • Alquitrán
  • Amonio
  • Sales de Ácidos Orgánicos
  • Piridina
  • Menta
  • Relleno
  • Filtros
  • Monóxido de Carbono
  • Gas Cianhídrico
  • Azúcar
  • Cacao
  • Chocolate y miel
  • Regaliz
  • Papel

Nicotina


La nicotina de las hojas de tabaco es el principal ingrediente adictivo de los cigarrillos. Se deposita en los pulmones del fumador en forma de una potente mezcla de partículas y gases. La nicotina es rápidamente absorbida en la sangre y llega al cerebro aproximadamente en 10 segundos. Es en este punto en el que los receptores cerebrales producen la sustancia química denominada dopamina.

El cerebro se habitúa rápidamente a recibir dosis regulares de nicotina y a sufrir síntomas de abstinencia cuando dicho suministro se interrumpe. Por otro lado, la nicotina estimula el sistema nervioso central, incrementando el ritmo cardíaco y la presión arterial, lo que produce un mayor consumo de oxígeno.

Monóxido de carbono


Todo humo de cigarrillos contiene monóxido de carbono, el mismo gas venenoso expulsado por los tubos de escape y las fugas de gas. Dicho gas, al mezclarse con la hemoglobina de la sangre, obstaculiza el transporte de oxígeno por el organismo. En los fumadores empedernidos, la capacidad de transporte de oxígeno en la sangre se ve reducida hasta en un 15%.

Alquitrán


El alquitrán es un término colectivo que se utiliza para miles de sustancias químicas que se desprenden en el humo del cigarrillo. Asimismo, el alquitrán es la sustancia amarillenta y pegajosa que mancha los dientes y dedos de los fumadores, depositándose asimismo en los pulmones.

Fumar entre 20 y 60 cigarrillos diarios, ya sean normales o bajos en alquitrán, provoca una acumulación anual de alquitrán en los pulmones cercana a los 500 gramos. Dicha sustancia es la responsable de la mayoría de las lesiones pulmonares provocadas por el tabaco a los fumadores.

Gas cianhídrico


El humo visible es tan sólo el 5-8% del total de lo que se produce al consumir cigarrillos. El resto está compuesto de gases invisibles, entre los que se incluye el gas cianhídrico. Este gas venenoso también reduce la capacidad del organismo para transportar oxígeno. Otro de los gases invisibles, la nitrosamina, daña las células de los tejidos y puede producir tumores malignos. El humo de los cigarrillos también contiene sustancias que pueden producir mutaciones genéticas que se han relacionado con el cáncer de pulmón.

Amonio


El amonio se utiliza para cristalizar la nicotina, un proceso similar al que se hace para convertir el polvo de cocaína en crack. El amonio acelera la dispersión de la nicotina cristalizada al aumentar el pH (la alcalinidad) del humo del tabaco, lo que modifica la composición química de la nicotina con el fin de que sea más rápidamente absorbida por el organismo. El objetivo es potenciar el efecto de la nicotina.

Azúcar


El aditivo más común del tabaco es el azúcar en sus diferentes modalidades. El azúcar representa en torno al 3% del peso total de un cigarrillo. Cuando se enciende un cigarrillo, los azúcares empiezan a arder y producen una sustancia química denominada acetaldehído, que refuerza el efecto adictivo de la nicotina.

Sales de ácidos orgánicos


La nicotina de las hojas de tabaco es el principal ingrediente adictivo de los cigarrillos. Se deposita en los pulmones del fumador en forma de una potente mezcla de partículas y gases. La nicotina es rápidamente absorbida en la sangre y llega al cerebro aproximadamente en 10 segundos. Es en este punto en el que los receptores cerebrales producen la sustancia química denominada dopamina.

Cacao


El cacao contiene una sustancia química llamada teobromina, que potencia la dilatación de las vías respiratorias. Este efecto broncodilatador hace que el fumador respire con mayor profundidad de manera que las caladas contengan mayor cantidad de humo y nicotina. También puede añadirse mantequilla de cacao, pues se piensa que disminuye la aspereza del humo y crea, tal y como dijimos anteriormente, una experiencia mucho más suave al fumador.

Piridina


La piridina actúa como un depresor del sistema nervioso central. Funciona al igual que la nicotina con el fin de potenciar los efectos adictivos de fumar.

Chocolate y miel


Aromatizantes como el chocolate y la miel ayudan a disimular el amargor de la nicotina. El sabor dulce hace que el cigarrillo sea más agradable para el fumador.

Menta


Sin los aditivos, el humo del tabaco no sólo sabe mal, sino que es extremadamente irritante para la garganta. El mentol adormece la garganta de manera que el fumador no pueda sentir el efecto abrasivo del humo. De este modo, la reacción natural del cuerpo ante una sustancia irritante queda anulada.

Regaliz


Al igual que el chocolate y la miel, el regaliz es uno de los aromatizantes más efectivos en los cigarrillos. Según la BAT, la Asociación Británica de Productores de Tabaco, el regaliz produce una nota de sabor dulce que refuerza la calidad final del producto.

Dichos potenciadores cualitativos del sabor juegan un papel vital en el enmascaramiento del mal sabor del tabaco de mala calidad. El regaliz también dilata las vías respiratorias, ayudando al fumador a aspirar mayor cantidad de humo en una sola calada.

Relleno


Los cigarrillos contienen minúsculos trozos de hoja de tabaco, pero la mayoría del relleno proviene de los tallos y otros desechos de la hoja. Dichos rellenos, como hemos visto, son mezclados con agua, aromatizantes y otros aditivos. Algunas marcas tienen más relleno que otras siendo el cigarrillo menos denso cuanto más relleno contiene (en estos casos es menor la cantidad de nicotina desprendida).

Papel


El tipo de papel usado como cilindro del cigarrillo tiene efectos en la fuerza del mismo. Cuanto más poroso es el papel, más aire permite pasar para la combustión del cigarrillo, lo que diluye en mayor medida el humo. Este hecho también influye en la disminución de las cantidades de alquitrán y nicotina que son inhaladas.

Filtros


Los filtros, hechos de acetato de celulosa, retienen parte del alquitrán y del humo antes de que éstos lleguen a los pulmones del fumador. Asimismo, también enfrían el humo y lo hacen más fácilmente inhalable. Los cigarrillos con filtro y bajos en alquitrán (con agujeros de ventilación en los laterales de los filtros) fueron desarrollados por la industria tabaquera con el objetivo de proteger la salud de los fumadores.

Pero las evidencias sugieren que los cigarrillos bajos en alquitrán no implican que el fumador inhale dosis más bajas de nicotina. Parece que los fumadores "compensan" dicho efecto de dilución de la nicotina mediante la inhalación más profunda o frecuente del humo. Los fumadores, al coger el cigarrillo, pueden asimismo bloquear con los dedos los agujeros de ventilación de los filtros, lo que incrementa la cantidad de nicotina inhalada.

Futuros cambios

En junio de 2002 el Consejo de Ministros aprobó un Real Decreto por el que se regulan los contenidos máximos de nicotina, alquitrán y monóxido de carbono de los cigarrillos; el etiquetado de los productos del tabaco, así como las medidas relativas a ingredientes y denominaciones de los productos del tabaco.

De este modo, en enero de 2004 cada cigarrillo no podrá tener contenidos superiores a 10 miligramos de alquitrán, 1 miligramo de nicotina y 10 miligramos de monóxido de carbono. Además el Ministerio informará sobre los ingredientes utilizados en la fabricación de productos del tabaco.

En cuanto a las advertencias sanitarias, las unidades de envasado del tabaco sin combustión llevarán impresa en su cara más visible una de las siguientes advertencias generales: "Fumar mata", "Fumar puede matar", y "Fumar perjudica gravemente su salud y la de los que están a su alrededor".

Asimismo, a partir del 30 de septiembre de 2003 se prohíbe en las unidades de envasado de los productos del tabaco la utilización de textos, nombres, marcas e imágenes u otros signos que den la impresión al consumidor de que un determinado producto es menos nocivo que otros (como por ejemplo los términos "light" o "suave").


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